ADIÓS -A SOLAS CONTIGO
La habitación era blanca de techos altos se podía sentir la humedad de los árboles y del jardín. Ella entró descalza sintiendo las hojas secas que el viento, con su suaves movimientos, las colocaba a un lado de la cama. La luz que adornaban un balcón, una ventana y una esquina, atrajeron la mirada de él; quien, cauteloso, se acerco a ella tocando su cabello y percibiendo el aroma de su cuerpo. Rápidamente, ella se hace a un lado y sonriendo lo invita al jardín; sin embargo, él camina al balcón y enciende un cigarro. Ella, al observar su indiferencia, solo baja el brazo del tocadiscos y comienza a disfrutar de las melodías, de la voz de Edith Piaf. Con su vestido ilumina la habitación en cada paso que da y murmurando alegremente se acerca a él. La toma de la cintura, y la distancia entre sus labios era mínima; ella sonríe y se aleja para invitarlo a disfrutar.