A solas contigo

365 noches 

Como sacar de la mente una voz y los movimientos de esas manos que tocaban con delicadeza ese piano, las cuerdas que fueron creando melodías que difícilmente salen de mi ser. 

Por un momento olvidé el lugar en el que hábito; mi mente mueve todo aquel escenario que describía ese sofá que se encontraba en medio de la habitación. 

Subo la mirada y logro observar el cielo lleno de estrellas, el aire juega con mi cabello y lo único que hago es preguntarme si aún existes, si aun estás por saber algo... 

Despierto y regreso a mi realidad, dirigiéndome aquel lugar que disfruto estar sentada con un cigarrillo en mano esperando leer tu saludo, y lo único que alumbra es la pantalla de un monitor en blanco.



Teatro
Por cada escalón
Por cada segundo 
Por cada detalle. 
Entré a la sala, mire.
El aroma, las personas me tenían un poco despistada, caminando tomé el asiento cercano a un conocido. 
Se abrió el telón, los instrumentos eran alumbrados con luces que me hacían pensar que esto sería bueno. 

Envuelta en tu canción, me perdí. 



Noche Portentos

Mi piel siente la soledad,
esas manos que un día llegaron a tocarme,
mis manos recorrieron el tuyo,
poco a poco los poros se van dilatando.
¿Acaso no miras mi deseo de estar a tu lado?

Goza este deseo que esta despertando ante ti.
Ilústrame con tus labios recorriendo mi cuerpo, y que nuestros corazones sientan lo que llamamos amor.

En cada rincón de la habitación se van formando, con el olor del cigarro y
nuestros sentimientos, nubes de deseo; y nuevamente nos comenzamos a besar y a
juntar nuestros cuerpos para volver a sentir la forma de ilusionarnos.

Cuando menciones mi nombre regresaré a ti y
el olor de mi cuerpo estará siempre a tu lado acompañando tus palabras, aquellas que me llenan y abren nuevamente mi corazón.

“la belleza del cuerpo es la forma de admirar y sentir, tocar la piel es
un sentimiento que demuestra la razón del corazón”.



Te soñé 

La casa tenía la infraestructura del museo de Arte de Veracruz y la habitaban unas cuantas personas quienes caminaban lentamente. Al observarlas, noté su presencia y me percaté que se dirigía hacía mi. 

Se acercó y comenzó a decir palabras que expresaban su sentir, yo le miraba. Conforme pasaba el tiempo se convirtió en una conversación en la que reíamos y, al poco rato de estar juntos, nos despedimos cortésmente y salía de la casa. Pasó un tiempo pero, al regresar, él estaba allí. Le sonreí y caminamos para encontrarnos una vez más y seguir juntos en el camino que nos dirigía hacia un balcón, el lugar perfecto para seguir conversando. 

Ambos decíamos todo con nuestra mirada. 

Mi mano rozaba sus rostro cuando acomodaba su cabello, ambos nos mofábamos de ello. Se acercó lentamente y, nerviosos y de frente, notamos a las personas a nuestro alrededor que murmuraban; sin embargo, eso no fue motivo para evitar que las miradas se perdieran y que sintiéramos el palpitar de los corazones que se volvían uno.


Solo había una nota

Sentada en aquella banca solitaria
aun lado del ferrocarril, espera su llegada.
Avanzan minutos y nada está pasando.

La lluvia no cesa. 
Su cuerpo frío y muerto;
la gente pasa y pasa,
y no hay quien se acerque a ella.
Viene a su mente la promesa de volver
y quedarse en el calor de tu corazón. 

Querida, ¿acaso no sabes lo que pasaba?
Todo siempre fue tu imaginación.
Despertaste pensando en él, creyendo que estaba junto a ti.
Te quedaste aquí, y es como tú lo deseaste.
No busques más.


Él no tardará en volver.


El reloj

¿Cuántas veces piensas en la luna?

Aun recuerdo esos momentos que pasaron tan lentos y que se siguen sintiendo. 

Recuerdo la alegría, el deseo y sobre todo el sentimiento que brotó en mi alma y cuerpo. Es difícil no permitir a mi cuerpo recapitular la voz, su figura y rostro.

Es tan complejo perder el aroma de aquella noche en la oscuridad de ese cuarto, y es imposible ya que no puedo arrancar de mi mente esa mirada. 

Estuviste viviendo en mi mente tantos años y ahora es necesario decirte, adiós.


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