Sombra
Despierto y al encontrar tan fría la habitación,
busco palabras e incluso un calor ajeno al mío.
Lo único que encuentro es un vacío.
No quiero dejar de escribir y de recibir tus preguntas:
¿Qué más? ¿Por qué? ¿Cómo era él? ¿Cómo era ella?
Todas aquellas preguntas e interrupciones
que me hacían imaginar un cuento.
¿Dónde estás? ¿Por qué te fuiste?
Las noches se volvieron una rutina,
no tengo motivos para voltear y buscar la luna.
Quiero escaparme y dirigirme a las vías del tren,
sentarme a un lado y esperar la noche
para poder recordar todo lo que en unos días
hicieron olvidarme del mundo y de todas las personas
que habitaron en mi vida alguna vez.
Enamorada me consideré.
Comentarios