Quastuosa

Por que no pude mirarte a los ojos,
Es tan difícil creer en las caricias de él…

Ellos Observándose desde aquel lugar; su mirada, su sonrisa y yo viendo el movimiento de sus labios al hablar, existía algo  un sentimiento que emergió en ese momento, que era imposible de abandonar. No sabía si ese algo era su olor, su sonrisa, sus ojos, su cuerpo o tan solo la forma de tomar café. Miro directamente a los demás, para fingir que no me interesaba y que era alguien más…

¿Cómo es posible que pueda tener ese cuerpo junto al mío?

Pasaron mas de dos semanas y, ella seguía pensando en él, buscaba entre la gente encontrar su cuerpo. Un día le encontró sentado nuevamente en aquel café, solo, con una taza sobre la mesa, entre sus manos un libro y un cigarro consumiéndose entre sus dedos;  la ceniza estaba apunto de caer entre sus piernas, despistadamente la mirabas y la dirigías al cenicero. Cuando me acerque decidí sentarme al frente tuyo, sacando un cigarrillo encendiéndolo rápidamente; con mi mirada fija en él, así fueron llegando, acompañándonos en silencio, mientras yo, observaba claramente todos sus movimientos pero siempre atenta a tus acciones.
Recuerdo que mordía mis labios cada vez que tú pasabas una página… Alzaste la mirada, sonreíste, colocaste el libro en tus piernas, tu mano derecha toco la mía, con tu otra mano rozaste mi cabello, comenzaste hablar sobre las caricias, el deseo, la forma de hacer el amor; al parecer sabías lo que te decía el brillo de mis ojos, pasaron más de dos horas y nuestras miradas, lo decían todo.

¿Acaso no viste lo que realmente eras para mi?
Dos meses de conocerse y platicar, es algo que la tiene emocionada. Hoy trató de verse lo mas sencilla y bella para él, ese día no llegaste al lugar, triste miró el reloj de la catedral del pueblo, mas de una hora esperando…


¿No quieres volver a sentir?

Llegaron juntos al teatro del pueblo donde por primera vez rozaron sus labios…
¡La sonrisa que iluminaba su rostro era deslumbrante y emocionante!

La habitación no era muy amplia, pero tenía todo arreglado.
Él, prendió prendió un cigarro y se recostó en la orilla de la cama, mientras miraba hacia aquella ventana que alumbraba la luna… 
Ella, sentada del otro lado de la cama, observaba el cuadro viejo que decoraba esa fría y vieja habitación, minutos después, sintió como poco a poco se acercaba a ella besando su cuello y  perdiéndose en uno.

¡Me siento la mujer mas amada del mundo! 

Mojada y llorando se encontraba en medio del parque, mirando aquellas velas que adornaban el centro de este, sus libros húmedos y mi llanto no calmaba, entre su puño aquella cadena que juro ante ti nunca quitarse, no podía explicarse como ese hombre tan educado, podría haberle roto el corazón, no podía ver que solo fue la forma de mira a otra mujer más…


¡Perdió nuevamente!

Alguien más se acerco a ella cubriendo su cuerpo húmedo y tembloroso, tomándola de los hombros para caminar juntos…
 Con esa sonrisa  hizo que tirara aquel recuerdo tuyo.
 11th Decembre 2008
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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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